in

Platos fríos de verano: 9 recetas fáciles y ricas

A medida que aumentan las temperaturas, nuestra dieta debe seguir siendo variada y equilibrada, pero  ha de adaptarse a la nueva situación. Pucheros y recetas calentitas dan paso a platos más ligeros y refrescantes, perfectos para combatir el calor y mantenernos hidratados.

Lograr este doble objetivo es sencillo si optas por la amplia variedad de platos fríos de verano que tienes a tu alcance. Son las estrellas de la cocina de temporada e incluyen desde sopas frías, tan refrescantes como un buen gazpacho, hasta innovadoras ensaladas o carnes que pueden tomarse sin necesidad de calentarlas.

Si estás empezando a preparar tus menús para los calurosos meses que se avecinan, toma nota de estas 9 recetas fáciles y ricas de platos fríos de verano, que puedes hacer con antelación y tomar bien fresquitos cuando te apetezca.

Gazpacho de sandía

El gazpacho es una de las sopas frías más apreciadas por su textura suave y por lo saludable que resulta al incorporar verduras y hortalizas ricas en vitaminas y minerales. Hacerlo es muy fácil, ya que consiste en triturar con batidora: tomates maduros, pepino, cebolla y pimiento rojo. Lleva, además, aceite de oliva virgen, sal y pimienta al gusto junto con un chorrito de vinagre. Cada ‘gazpachero’ tiene su receta y no hay dos gazpachos iguales. Hay quien le añade un poco de comino, orégano o un diente de ajo, pero la base sigue siendo la misma y la inmensa mayoría consigue el doble objetivo: aportar nutrientes y refrescar resultando delicioso al paladar.

Para darle un toque distinto, que realmente queda bien, prueba a incorporar a tu gazpacho unos de trozos de sandía, retirando pipas y cáscara. La fruta le aportará más agua y un toque dulce muy especial. Batidos todos los ingredientes, déjalo en la nevera, y si quieres tomarlo inmediatamente, añade unos cubitos de hielo que se irán deshaciendo progresivamente. Que quede más líquido o más espeso depende de tus gustos.

Roast beef a la mostaza en frío

Si quieres preparar un plato de carne que, en frío, gane textura y sabor, el roast beef o ternera asada, todo un clásico de la gastronomía inglesa, es una magnífica elección. Hacerla es muy fácil y el secreto está en elegir la pieza de carne apropiada, que puede ser un solomillo o un lomo alto o bajo (entrecot).

Cuando la tengas, tendrás que preparar un aliño con el que embadurnarla bien para que la carne se macere ligeramente y se impregne de los sabores de los distintos ingredientes. Puedes machacar en mortero unos ajos, un poco de pimienta y la imprescindible mostaza antigua o de Dijon. Distribuye el majado por toda la superficie de la carne y ponla al horno a unos 180º – 190º aproximadamente 40 – 50 minutos (dependiendo del tamaño de la pieza).

Puedes tomar la carne una vez hecha pero también, una vez que temple, dejarla en la nevera al menos dos horas. Si haces esto último, la podrás cortar casi como si fuera fiambre.

Pasta con pollo y piña

La pasta ofrece múltiples opciones para crear platos frío veraniegos tan nutritivos como apetecibles. Para hacer una ensalada de pasta, con macarrones, espirales o lazos, muy especial dos ingredientes: una pechuga de pollo troceada y unas porciones de piña, madura y dulce, serán tus mejores aliados. Solo tienes que hervir la pasta, esperar a que se enfríe y añadirlos.

Puedes incorporar también otros ingredientes, por ejemplo: unos tacos de jamón york, zanahoria rallada, maíz dulce… Para que la ensalada tenga más sabor, una buena idea es macerar las pechugas de pollo en un poco de aceite, sal y las especias que prefieras. Para completarla el aliño es importante: mayonesa, salsa rosa, aceite con vinagre, limón y perejil o un toque de salsa de soja son algunas sugerencias.

Tartar de atún y aguacate

El tartar de atún es una receta fácil y rica perfecta para disfrutar de un plato de excelente pescado en verano. Hacerlo requiere preparar un atún de excelente calidad, cortándolo en pequeños tacos y aliñándolo con ingredientes de aroma y sabor potente como la lima, la salsa de soja, el jengibre e incluso una pequeña cantidad de wasabi para que el plato tenga un toque picante.

El atún debe macerar junto a otros ingredientes, entre los que no debe faltar la cebolleta picada o, si lo prefieres, el tomate. También tendrás que pelar y trocear el aguacate, con el que harás la base del tartar. La mejor manera de presentar este plato frío es montarlo con ayuda de un aro. Coloca en su interior primero el aguacate y luego el atún, retira el aro y sirve. El contraste de sabores y de colores lo convierte en una receta que es éxito seguro.

Vichyssoise

La vichyssoise es una suave crema hecha a base de puerros perfecta para tomar en verano como primer plato. Rica en fibra y baja en calorías es una sopa que también se puede servir en caliente, pero admite dejarla hasta dos días en la nevera para tenerla lista, bien fría, cuando la necesites.

Para conseguir el aprobado de los paladares más exigentes, hay que rehogar en una cacerola unos puerros junto a una cebolleta y unas patatas, a las que tendrás que añadir un buen caldo de pollo y verduras. Del puerro, utiliza solo la parte más blanca. Para que la vichyssois salga ligera y cremosa, añadirle un poco de nata líquida la final de la cocción es el toque ‘maestro’.

Ensalada campera

Imposible pensar en platos fríos de verano sin que la ensalada campera o de patatas venga a la mente. Es una de las ensaladas más sencillas de hacer y una de las que más variaciones admite, permitiendo hacer, por poco dinero, un plato lleno de color y matices de sabor. La campera tradicional lleva: patatas cocidas, tomate, cebolla o cebolleta, pepino, aceitunas, atún y huevo duro aunque hay quien también le echa pimiento, alcaparras o ingredientes menos frecuentes, como el maíz dulce. En cualquier caso, la ensalada tiene dos puntos clave: que la patata tenga el punto idóneo de cocción (ni muy dura ni desecha) y que esté bien aderezada con una vinagreta ligera, hecha con aceite de oliva.

Pastel de pescado con pimientos de piquillo

Un pastel o pudding de pescado es una de las recetas, de cuidada presentación, que queda bien en cualquier mesa y que requiere elaborarla con antelación, para que en el momento de partir las porciones de pastel, éste muy frio.

Es fácil de hacer y puedes prepararla con casi cualquier pescado: merluza, atún, cabracho (típico de Navidad), congrio… El pastel requiere hervir previamente el pescado y también dorar un poco de cebolla. Tendrás que mezclar ambos ingredientes añadiéndoles además unos huevos, un poco de miga de pan y los magníficos pimientos de piquillo que darán al pastel un sabor exquisito y un inconfundible color anaranjado. Hay que batir bien todos los ingredientes juntos y colocarlos en un molde. El pastel se hace ‘solo’ en el horno, al baño maría (poniendo agua en la bandeja) en aproximadamente una hora. Luego, cuando se enfríe, a la nevera.

Ensalada Waldorf

Las ensaladas ocupan el primer puesto entre los platos fríos de verano y tienes mil opciones para variar y no limitarte a la lechuga y al tomate. La ensalada Waldorf original, inventada, según cuentan, por el metre del hotel del mismo nombre hace más de un siglo, solo llevaba tres ingredientes básicos: manzana con ligero sabor ácido, apio en rama y mayonesa con un toque de vinagre y sal. La mezcla de los tres resulta realmente deliciosa, aunque generalmente se sirve, además, sobre un lecho de lechuga, cortada en tiras finas, y acompañada de algunos frutos secos como nueces o pasas.

Canelones fríos con jamón york

Si dispones de poco tiempo, pero quieres hacer un plato frío original y rico, prueba a hacer unos canelones sustituyendo las clásicas placas de pasta por lonchas de jamón cocido. Para el relleno puedes utilizar atún, pimiento y huevo duro ligados con mayonesa, como si fuera una ensaladilla rusa pero sin patata. También tienes otras opciones, por ejemplo, cambiar el atún por palitos de cangrejo o por espárragos blancos junto a pepinillos cortados en dados pequeños. Sin duda, buenas ideas que solo te llevará unos minutos hacer realidad.

¿Con qué acompañar el salmón? 7 ideas de guarniciones

¿Qué se puede hacer con las almendras amargas? 5 usos sorprendentes