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¿Qué se puede hacer con las almendras amargas? 5 usos sorprendentes

La almendra es un saludable fruto seco, muy beneficioso por sus ácidos grasos esenciales como el oleico, por sus vitaminas, entre las que destaca la E y algunas del grupo B y también por su aporte en minerales, principalmente: calcio, fósforo y potasio. Existen distintas variedades, la mayoría dulces, como la exquisita Marcona, pero también las hay amargas, que no son tan saludables.

Las almendras amargas, que como se puede intuir tienen un sabor fuerte y nada agradable, incluyen en su composición amigdalina, sustancia que al masticarla y durante el proceso de digestión, por distintas reacciones enzimáticas se transforma en el organismo en cianuro de hidrógeno, un compuesto tóxico que, en cantidades elevadas, puede resultar realmente peligroso (incluso mortal).

No hay que ser alarmista y pensar que tomar un par de almendras amargas (probablemente de manera accidental) nos va a acarrear terribles consecuencias, pero un consumo elevado, más de 30 o 50 unidades, de esta variedad de almendras, es perjudicial para la salud, especialmente si se toman en crudo.

La almendra amarga, previamente tratada para reducir al máximo los posibles elementos tóxicos, tiene distintas utilidades, tanto en el sector alimentario, especialmente en repostería, como en el de la cosmética. Algunos resultan bastante curiosos, como los 5 sorprendentes usos de las almendras amargas que te descubrimos.

Repostería: amarettis y otros dulces tradicionales

El uso de almendra amarga es habitual en repostería, aunque no como ingrediente principal, sino en pequeñas cantidades y como sutil aromatizante natural que consigue darle un punto de amargor a cualquier masa, creando un acertado contraste y consiguiendo un excelente resultado final.

Se puede encontrar en algunos dulces tradicionales como los ‘amargos’, típicos de Menorca especialmente en las fiestas navideñas, los ’visitandines’ especie de pequeños y suaves bizcochos originarios de Francia, o los más conocidos, los amarettis, unas deliciosas galletitas italianas, hechas básicamente con harina de almendras (dulces), azúcar y claras de huevo y en las que no falta el inconfundible aroma de las almendras amargas.

La esencia de almendras amargas también está presente como ingrediente adicional, en la elaboración de otros productos, dulces y también salados, desde helados, hasta masa para pizzas.

Licores de almendra amarga

Algunos licores hechos a base de distintos frutos, entre los que se incluyen las almendras dulces, también encierran en sus elaboraciones un ingrediente ‘secreto’ que les dota de un punto de amargor inconfundible que caracteriza su particular sabor. Es el caso del popular Amaretto, originario de la pequeña localidad de Saronno, cercana a Milán, que combina el dulzor del albaricoque (principalmente sus huesos), con el de las almendras. El amaretto, además de tomarse como licor dulce de potente graduación, se emplea en la elaboración de postres tan conocidos como el tradicional tiramisú, en el que el licor de almendras, junto al indispensable queso mascarpone, se convierte en protagonista absoluto.

Otro ejemplo es Orgeat, un sirope o jarabe típico de Francia, de uso frecuente en la elaboración de cócteles de todo tipo, entre ellos el popular Mai Tai. La almendra amarga en coctelería permite crear sorprendentes combinaciones como el también muy conocido el Amaretto Sour, en el que toque de almendra amarga forma parte de su exitoso sabor.

Aromaterapia y masajes

El aceite esencial de almendras amargas se suele utilizar en aromaterapia, pero siempre en cantidades moderadas y diluido en otro aceite portador. Generalmente se combina con aceite de almendras dulces, ya que solo unas gotas de aceite de almendras amargas bastan para intensificar el aroma que desprenden. Combinando ambos aceites en un difusor de aromaterapia lograrás que un relajante aroma se reparta por toda la estancia. Otra opción es utilizar parte de la esa mezcla de aceite para realizar un masaje.

Obtener el aceite esencial de almendras, tanto dulces como amargas, es un proceso sencillo ya que realiza por extracción directa mediante presión. Una vez limpias y secas, hay que triturarlas o pasarlas por una licuadora hasta que queden con una textura de masa más o menos fina. Seguidamente, es necesario colarlas, ejerciendo algo de presión para lograr extraer hasta la última gota. Puedes hacerlo con almendras dulces y, una vez obtenido su aceite esencial, añadirle unas gotas de esencia de aceite de almendras amargas.

Cremas y mascarillas hidratantes y regeneradoras

El aceite que se extrae de las almendras en general es un magnífico emoliente natural, con propiedades hidratantes y restauradoras capaces de mejorar el aspecto de la piel y del cabello. Es frecuente encontrar numerosos productos cosméticos con esencia de almendras amargas en su composición, desde cremas corporales o de manos, hasta faciales, ya que las almendras amargas aportan elasticidad al rostro y una mayor luminosidad. Además, se considera que resultan eficaces para combatir problemas de acné.

Si te apetece, tú también puedes elaborar productos de cuidado personal, cremas y mascarillas caseras utilizando esencia o aceite esencial de almendras amargas, pero hay que insistir en la necesidad de combinarlo siempre con un aceite portador como el de almendras dulces, el de oliva o el de coco.

Como ejemplo, para hidratar en profundidad la piel de rostro, reduciendo arrugas de expresión, mezcla 30 gramos de jalea real con 15 gramos de aceite de almendras dulces y 2 gotas de aceite esencial de almendras amargas. Disuelve totalmente hasta formar una pasta con una textura que permita su aplicación en el rostro. Deja actuar 15 minutos y retira con abundante agua templada.

Puedes combinar los aceites de almendra con otros ingredientes, como la miel, para nutrir la piel en profundidad o con un aguacate triturado, que ayudará a limpiarla eliminando cualquier partícula de grasa o suciedad aportándole además máxima frescura.

¿Quieres una para el cabello?: diluye dos gotas de aceite esencial de almendras amargas en media taza de aceite de oliva o de coco y añade un huevo batido. Aplica tras el lavado, deja actuar unos minutos y retira completamente con abundante agua.

Perfumería

Los sorprendentes usos de la almendra amarga en cosmética no se limitan a cremas y mascarillas. Su potente aroma la ha convertido en buena aliada de otros productos, principalmente jabones y perfumes. A nivel casero también pueden hacerse jabones de manera muy sencilla. Partiendo de una base de glicerina fundida, se puede añadir almendra dulce en polvo y unas gotas del aceite esencial que prefieras: lavanda, romero, naranja… pero si el objetivo es elaborarlo con un intenso aroma a almendra, el de almendra amarga resulta perfecto para lograr un jabón que guarde en su interior todos los beneficios este fruto seco con protagonismo propio en el sector de la cosmética.

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