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Comidas típicas de Sevilla

Sevilla es una de las joyas de Andalucía, donde podrás disfrutar de sus naranjos en flor o de las vistas del Guadalquivir. Y por supuesto, no puedes dejar de saborear su exquisita y variada gastronomía que te hará dar un vistazo a su pasado morisco y la mezcla de varias culturas.

Empezando por sus platos más tradicionales como un contundente cocido andaluz en invierno o un fresco gazpacho en una tarde de verano. Los platillos de pescado son típicos de esta región como el bacalao, preparado de diversas formas.

Y para disfrutar de esta hermosa ciudad a plenitud debes ir de tapas por sus bares, para saborear un serranito o un delicioso solomillo al whisky. Para cerrar cualquier comida sevillana, no puedes olvidar sus maravillosos postres tradicionales como unas exquisitas torrijas o sus incomparables pestiños.

Los 7 platos más típicos de Sevilla

7. Cocido andaluz

El cocido es un plato típico de España que tiene diversas variaciones según la región del país y hasta por cada familia. Suele comerse principalmente en invierno y consiste en un guiso en el que se cuecen en una olla distintas legumbres, verduras y carnes de ternera y cerdo.

Para lograr un buen cocido andaluz, se deben colocar a remojar los garbanzos la noche anterior a la preparación en agua con un puñado de sal.

La versión andaluza mezcla garbanzos y habichuelas o judías verdes, además de patatas, zanahoria, col, carne de ternera, costillas de cerdo, chorizo y morcilla. El caldo se suele aderezar con distintas especias como clavo, comino y hierbabuena y se sirve junto a las carnes. También hay variantes en que se usa parte de la verdura y especias para hacer una salsa y colocar encima.

6. Cazón en adobo

Este es un plato típico de Sevilla que encontrarás en muchos bares, aunque se considera que es originario de Cádiz. Para prepararlo, se hace un aliño o adobo en el que se majan pimentón, ajo, orégano, sal y comino en un mortero y luego se mezclan con vinagre blanco, preferiblemente de Jerez.

Este platillo se debe comer acabado de salir de la sartén, cuando aún está caliente, para disfrutar su sabor y lo crujiente de la cubierta.

Las rodajas de cazón se colocan en el adobo por unas ocho horas para que absorba bien los sabores del adobo. Luego se enharina en harina de trigo o de garbanzo, se fríe en aceite de oliva bien caliente, se coloca en papel absorbente para eliminar los restos del aceite y se lleva al plato para comer.

5. Gazpacho andaluz

Esta sopa fría tiene su origen en las zonas campesinas de Andalucía, que se prepara con hortalizas crudas, pan, agua, vinagre y aceite de oliva. Por lo general, el componente principal es el tomate y se utilizan otras hortalizas como pimiento, pepino, cebolla y ajo.

El gazpacho andaluz tradicional se prepara con pimientos verdes y se sirve en cazuela de barro para que mantenga su frescura.

Los tomates deben estar bien maduros y se trituran junto a las otras hortalizas combinando con el agua, aceite y el vinagre, preferiblemente de Jerez así como ajo, sal y comino para dar más sabor. Las versiones más modernas suelen incluir pepino y un poco de cebolla y luego de triturar se sirve directamente en el plato o se puede colar. Se acompaña con tropezones (trocitos) de pan tostados y de las hortalizas usadas en la mezcla.

4. Soldaditos de Pavía

Un plato típico de la Semana Santa sevillana es este rebosado de bacalao, cuyo origen se disputa entre Andalucía y Madrid. Consiste en tiras largas de bacalao de salazón sin piel ni espinas, el cual se coloca a remojar el día anterior para eliminar el exceso de sal.

Este plato típico de Sevilla se suele servir como aperitivo acompañado con una guarnición de pimientos rojos fritos.

Las tiras de bacalao se maceran por una hora en una mezcla de zumo de limón, aguardiente y aceite de oliva. Luego se rebozan en harina con levadura, perejil picado, ajo aceite y en su forma más tradicional, hebras de azafrán. Se llevan a la sartén con aceite de oliva bien caliente hasta que el rebozado este dorado, con su característico color rojizo.

3. Rabo de toro

Este plato andaluz se considera que es originario de Córdoba desde la época romana, pero hoy se prepara en diferentes lugares de Andalucía y es muy típico de Sevilla. Es un estofado en el que se utiliza el rabo o cola de toro o la vaca, combinado con cebolla, tomate, patata y zanahoria.

En las primeras recetas de las que hay referencia de este plato, se utilizaban los rabos de los toros bravos, luego que participaban en las corridas.

En su preparación es muy importante encontrar el punto exacto de cocción para que la carne quede suave y jugosa. En una cazuela se coloca a sofreír cebolla y ajo en aceite de oliva, se colocan las zanahorias en rodajas, el rabo de toro que se trocea y tomate picado. Se agrega pimienta, sal, hojas de laurel y azafrán, se remueve, se agrega vino tinto y se cocina por aproximadamente tres horas.

2. Huevos a la flamenca

Este es un plato típico de Sevilla en el que se combinan el huevo con distintas verduras y jamón. Hay distintas versiones para prepararlos y cada casa o restaurante tiene su propia variante con sus características propias.

Los huevos a la flamenca se utilizan como primer plato y se sirven en una cazuela de barro para realzar su sabor.

La forma más tradicional de hacerlo es preparar un sofrito con aceite, cebolla, tomate, guisantes, judías verdes y patatas cocidas, dados de jamón y pimiento morrón. La mezcla se vierte en cazuelas de barro que se llevan al fuego, se ponen dos huevos cascados, se deja cocer y se sirven con puntas de espárragos, dados de chorizo y jamón por encima

1. Bacalao con tomate

Este es un plato muy tradicional de la cuaresma en Sevilla aunque se sirve durante todo el año y se prepara de distintas formas, según los gustos y costumbres de cada casa. Se utiliza lomo o bacalao de salazón, el cual se deja remojando durante la noche.

El bacalao en trozos se enharina y se fríe en aceite de oliva bien caliente para luego combinar con el sofrito de tomate.

Hay distinta maneras de preparar el sofrito, siendo una muy típica colocar en una cazuela aceite de oliva y sofreír ajos en láminas finas con cebollas y pimiento rojo cortado en juliana. Luego se agrega el tomate bien maduro triturado y dos cucharaditas de azúcar, se deja cocer y posteriormente se colocan los trozos de bacalao, que se cocinan unos 10 minutos en la salsa antes de servir.

5 tapas típicas de Sevilla

5. Solomillo al whisky

Es una tapa original de los bares sevillanos, que se comenzó a preparar en los años setenta y se ha vuelto una de las más populares. Se prepara con solomillo de cerdo, mantequilla, zumo de limón, ajos, brandy y caldo de pollo, especiado con comino y pimienta.

El solomillo al whisky se prepara con brandy y se sirve sobre una cama de patatas fritas y mucho pan para mojar la salsa.

Para preparar se hacen medallones de solomillo de aproximadamente 1 cm de grosor, se adoban con sal y pimienta y se llevan rápidamente al fuego por ambas caras. Luego se prepara una salsa con ajo rehogado y todos los otros ingredientes. Cuando comienza a hervir se coloca el solomillo y se deja cocinar por unos 10 minutos.

4. Espinacas con garbanzo

Esta es una de las tapas más típicas de Sevilla, que tiene origen sefardí y se acostumbra servir durante la cuaresma sevillana. En la misma se combina la espinaca con el garbanzo, pimientos, pan, comino y ajo.

Esta tapa se consume principalmente el viernes de cuaresma y se acompañan generalmente con rebanadas de pan frito.

Los garbanzos se deben cocer previamente y luego se fríen rebanadas de pan en aceite de oliva con ajo. El pan con ajo se tritura en un mortero junto a comino, una guindilla, un poco de vinagre de vino y sal. Se rehoga en una sartén, se agregan los garbanzos y luego las espinacas troceadas, para servir caliente en cazuelitas de barro.

3. Montaditos

Son bocadillos muy pequeños que se consumen en toda España como tapas y cada región tiene sus variantes y peculiaridades. En Sevilla puedes conseguir montaditos en todos sus bares, siendo algunos de los más famosos el serranito y la pringá.

El pan para los montaditos debe ser un bollo pequeño, aunque se pueden usar piezas más grandes que se cortan para se puedan comer en un bocado.

La pringá se asocia al cocido andaluz y tiene su origen en la costumbre de desmenuzar las carnes y untarlas sobre el pan, por lo que se sirve caliente. Por su parte, el serranito es un montadito sevillano que se sirve frío y se prepara con un delgado filete de lomo de cerdo, una loncha de jamón ibérico y un pimiento verde, acompañado generalmente con patatas fritas.

2. Chipirones a la plancha

Esta es otra tapa típica y muy popular en todos los bares de Sevilla, donde llegan productos del mar bastante frescos. Su preparación es muy sencilla, solo requieres chipirones frescos, que se colocan en una plancha caliente con ajo y perejil.

Esta tapa se suele servir junto con abundante salsa alioli para mojar y rodajas de tomate o una ensalada suave.

En algunas versiones de este plato, se hace una salsa con ajo, perejil, sal y aceite en la que se embadurnan los chipirones antes de llevar a la plancha. Suele consumirse como primera tapa, antes de platos más fuertes.

1. Pescaíto frito

Este es un plato muy andaluz, que aunque es sencillo su preparación se ha ido perfeccionando a lo largo de los años. Es una de las tapas más pedidas en los bares de Sevilla y suelen utilizarse principalmente calamares y boquerones, aunque se usan otros pescados pequeños.

Para lograr una textura perfecta, debes garantizar que el pescado esté bien seco, eliminando la humedad con papel absorbente.

Luego de tener el pescado limpio, lo debes enharinar con harina de freír, teniendo cuidado de que no tenga excesos. Hay que freír en aceite muy caliente y se sirve acompañado de rodajas de limón para aderezar con unas gotas del zumo.

Los 3 dulces más tradicionales de Sevilla

3. Yemas de San Leandro

Este es uno de los dulces sevillanos más tradicionales, elaborado por las monjas de clausura del convento de San Leandro, ubicado en Sevilla. La receta es una de las más antiguas de yemas y sus ingredientes son azúcar y yema de huevo, en una combinación secreta.

Las yemas de San Leandro se presentan envueltas en papel y luego se empaquetan en cajas de madera para conservar su frescura.

Se conoce que las monjas preparan un almíbar con la yema en una que solo conocen estas monjas y que se remonta al siglo XVI. Algunas referencias a la receta indican que llevan unos 750 gramos de azúcar, 350 gramos de yema de huevo, agua y zumo de limón. Este postre ha sido incluido por expertos gastronómicos en la lista de los 100 postres que debes preparar antes de morir.

2. Torrijas

Este es un postre muy tradicional en toda España durante la cuaresma y uno de los favoritos de Sevilla, donde podrás degustarlo en diversos lugares. Tienen origen romano y las versiones más parecidas a la actual datan de siglo XV, cuando se preparaban para fortalecer a las parturientas.

En algunos lugares agregan zumo de limón al aceite en el que se fríen las torrijas y nunca falta la canela como especia principal.

Se prepara remojando un trozo de pan (generalmente del día anterior) en leche o vino, luego se rebozan con huevo y harina y se fríen en aceite de oliva muy caliente. Luego se espolvorean con azúcar y canela, para servirse calientes, aunque en otros casos colocan miel y otros crema batida por encima.

1. Pestiños

Si hay un dulce que acompaña las mesas sevillanas en Navidad son los pestiños, un postre que se remonta a su pasado morisco. Se prepara con harina, la cual se fríe en aceite de oliva muy caliente y luego es pasado por miel.

A la masa del pestiño se le agrega ajonjolí y la forma más tradicional es cuadrada con dos de sus puntas opuestas dobladas hacia adentro.

También es un postre que consume durante la cuaresma y tiene diversas formas de especiar la masa, siendo común preparar una mezcla de corteza de naranja, anís y ajonjolí. Estos se doran en aceite de oliva y se incorporan a la harina de trigo y leche para preparar la masa. El almíbar tradicional se hace con miel y agua, por donde se remojan los pestiños una vez fritos.

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